Si nos paramos a pensar en el fútbol canario probablemente a más de uno le venga a la retina el fútbol de calle. Pero qué es lo que sucede si cambiamos las botas por la pizarra. Valerón, Silva, Jesé, Pedro Rodríguez, Roque Mesa… son
algunos de los futbolistas canarios que han llegado a la élite. Si esa es la condición para ser entrenador, cómo puede explicarse el hecho de que desde 1986 no ha habido un solo técnico en la élite del fútbol español.
Porque al tirar de libreta, el tinerfeño Luis Molowny fue él último en conseguir tal hito. Entonces qué es lo que ha cambiado en el balompié para romper esa regla. Vayamos por partes. Lo primero, el contexto social al que se ha tenido que adaptar el deporte del balompié. El futbol se ha convertido en un negocio que sigue mantenido el espectáculo como el denominador común. Segundo, y relacionado con lo anterior, si el fútbol es un espectáculo porque tiene que ser condición actualmente -salvando obviedades y casos puntuales- el haber ejercido
como jugador en la élite.
En la misma línea, siempre va a existir un caso que rompa la regla. El caso que mejor escenifica lo que planteo es el de Miguel Ángel Ramírez. Este entrenador, natural de Gran Canaria es licenciado en Ciencias de la actividad física y el
deporte. El mérito de Ramírez no sólo reside en romper la regla, sino en convertirse en uno de los entrenadores canarios más jóvenes en el mundo, con apenas 36 años. Sin duda, se ha convertido en la joya con más futuro dentro del mercado de entrenadores canarios a nivel global.
Y hablando de joyas, ya se ha marcado el camino para conseguir romper las barreras generadas en el fútbol europeo. Una fuga de cerebros insular. Ese parece ser el punto de partida para todo aquel canario que quiera llegar a la élite o por lo menos tener la oportunidad de conseguirlo.
El ilusionar a todos aquellos jóvenes por ser entrenadores. Educar, formar y crecer. Esas sí, deberían de ser las tres acciones para comenzar a marcar tendencia en un estilo donde hasta los más atenuantes acaban pagando una
entrada para ir al campo, emocionándose con una jugada o sonriendo al ver ganar a su equipo.
Porque el fútbol no deja de ser ese canal para olvidar por 90 y tantos minutos los problemas. Un canalizador de emociones que te hace ser pasional y fiel a un estilo. La filosofía del entrenador canario, del encargado de llevar a la pizarra lo que gran parte de los amantes a este deporte ven en la calle. ¡Sí es posible! ¡Sí se puede!
Redactado por Tonio Rodríguez.
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